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Tipología:Tanatorio Religioso / Conmemorativo
Material:Hormigón
Fecha:2019 - 2021
Ciudad:Gerona
País:España
Fotógrafo:Aitor Estévez Olaizola
Esta edificación rehabilitada está situada en el polígono industrial Mas Xirgu, a las afueras de la ciudad. El encargo consistía en convertir una nave industrial en desuso en un nuevo tanatorio para Gerona. La construcción original, de planta diáfana, era de un solo nivel y prácticamente no disponía de iluminación natural.
Las grandes luces estructurales de la nave preexistente permitieron encajar el programa requerido para este tipo de equipamientos. Aun así, fue necesario construir un forjado intermedio, reforzando la estructura para el nuevo uso, de manera que el programa funcional se pudiera distribuir en dos niveles: en la planta inferior el oratorio, el crematorio, el vestíbulo de acceso y las áreas comunes; en la planta superior se disponen las tres salas de velatorio requeridas, de uso más privado. Dichas salas se iluminan a través de pequeños patios que perforan la cubierta, respetando el entrevigado de la estructura existente.
Al proyectar un edificio funerario, no solamente es necesario tomar en consideración la funcionalidad de los accesos y de los diferentes espacios, también es importante prestar una especial atención a su calidad, teniendo en cuenta las particulares circunstancias de los usuarios que los visitan. El tanatorio debe ser concebido como un lugar íntimo, seguro, acogedor y confortable. Por esta razón, el proyecto suponía un reto especialmente complejo, pues el punto de partida era un frío contenedor situado dentro de un tejido industrial y rodeado de naves y fábricas, edificios introvertidos y de una importancia volumétrica considerable.
La estrategia principal de la intervención fue construir una nueva fachada que, como piel y filtro, amortiguara la relación entre el interior y el exterior. Para ello, el proyecto analiza y explora la capacidad expresiva del bloque de hormigón, un material que resulta económico, versátil por su módulo y de fácil colocación. Se trabaja con dos tipos de bloques de hormigón blanco: el liso y el ranurado. La utilización de este tipo de aparejo hace posible diseñar una fachada autoportante en diferentes planos, ritmos, texturas y densidades, que varían en función de la orientación, del programa y de las distintas visuales.
Dicha composición geométrica tiene como objetivo conseguir una envolvente continua, con una mayor sensibilidad a la incidencia de la luz natural, capaz de generar, a lo largo del día, una gran variedad de luces y sombras, tanto en el interior como en el exterior del edificio, dotándolo de esta manera de una mayor rotundidad y abstracción.