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Tipología:Colegio e instituto Centro deportivo Educación Deporte
Fecha:2002
Ciudad:Madrid
País:España
Fotógrafo:Javier Azurmendi
Marca:Hiberlux
La decisión de ampliar el colegio Estudio se remonta al año 1993, cuando el nuevo plan director define un programa que optimiza los espacios existentes e incorpora nuevas aulas, laboratorios, salas de profesores y un gimnasio cubierto. Ocupando la parcela colindante al conjunto que construyó Fernando Higueras, compuesto por pabellones con amplios balcones corridos y cubiertas de teja a cuatro aguas, el nuevo edificio debía cumplir dos premisas difícilmente conciliables: una ocupación mínima en planta —el suelo es escaso y su coste muy elevado, por lo que un diseño en altura abarataría la solución— y una presencia que no compitiese con lo existente.
A caballo entre los dos niveles del solar, la solución viene de la mano de una gran caja de hormigón blanco y planta cuadrangular, levemente girada respecto al colegio, frente al que establece sus propios ejes y un nuevo acceso. Hacia el antiguo edificio se levanta la fachada menor, de una sola planta y tres accesos a través de ligeras rampas que reducen la escala del volumen, mientras que en el lado opuesto y enfrentando la calle emerge una amplia fachada reticular que supera los doce metros. En el interior, la sala de deportes se entierra en una cota inferior al nivel más bajo del solar, interponiendo entre el muro de contención y la pista una crujía exenta de espacios de servicios en tres alturas —vestuarios, despachos y áreas abiertas de estancia— que asoman a la cancha a través del graderío. Hacia el muro se sitúa un patio atravesado por haces de luz que dibujan círculos luminosos en distintos puntos del espacio conforme avanza el día, gracias a los seis huecos perforados en la cubierta. Una fachada de vidrio en la cara norte comunica visualmente la antigua cancha al aire libre con el interior del pabellón deportivo.
El aulario, la otra gran parte del programa, se construye en base a una retícula de salas embebidas en la estructura de grandes luces que cubre la pista de deportes. Se genera así una cubierta habitada que actualiza el diseño de Alejandro de la Sota para el gimnasio del colegio Maravillas, y lo lleva a toda la extensión de la pieza. Esta ‘tapa’ incorpora en su parte central un gran hueco que permite que la luz blanca atrapada por bandas de lucernarios orientados al norte alcance la pista deportiva. Una estructura compuesta por vigas de hormigón postensado y celosías de acero posibilita la ocupación de la cubierta, mientras que un estudiado diseño acústico, a base de un falso techo entre el gimnasio y las aulas, consigue armonizar, en un mismo contenedor, el estudio y la práctica deportiva.