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Para este espacio de 200 metros cuadrados que cuenta con tres dormitorios y se sitúa en la capital española, el promotor inmobiliario y despacho de interiorismo Nordic Standard quiso reflejar un look escandinavo que acentúa aún más la sensación de luminosidad, de amplitud y de tranquilidad visual.
“Las líneas escultóricas de narrativa orgánica se consiguen a través de la espontaneidad y del cuidado minimalista que inspira el diseño nórdico conjugado junto al diseño japonés”, destacó el equipo.
En la sala de baño, el mármol negro combinado con toques blancos crea un look refinado.Francisco Ferrera
En la sala de doble altura, una silla de Menu y un sillón de Ferm Living (dos marcas danesas) invitan a sentarse en una atmósfera acogedora donde la chimenea con almacenaje de leña y la estantería de libros a su lado crean un rincón perfecto.
Los colores neutros predominan en todos los espacios del departamento que reúne piezas de mobiliario y de iluminación confortables y con estilo como las lámparas de suspensión Kandisnky de Pholc diseñadas por Broberg & Ridderstrale y la cama de día de Handvärk en el área de vida principal, entre otros.
En el último piso de este penthouse, la terraza ofrece vistas depuradas de la ciudad.Francisco Ferrera
Nordic Standard diseñó varias elementos como la mesa en el comedor rodeada de sillas de New Works y complementada por la lámpara The Moon de 101 CPH que da la impresión de flotar mientras que una obra de Lucrecia Rey Caro adorna la pared. De madera de nogal y de piedra blanca, la cocina se organiza en forma de L y consta de una lámpara de techo de CO Bankeryd y lámparas de pared de Buster + Punch.
Para los dormitorios que destacan también por su ambiente cálido y sus techos altos, Nordic Standard quiso crear una estética propia en cada uno por lo que todas las cabeceras y las obras de arte son diferentes.
La superficie total de este departamento situado en Madrid alcanza 200 metros cuadrados.Francisco Ferrera
Debajo de las escaleras voladas de madera maciza de roble que lleva al piso superior donde se encuentra un espacio de trabajo, el Hako Bar (de ceniza maciza con malla de bambú francés y detalles de metal) fue diseñado por Kristian Sofus Hansen y Tommy Hyldahl para 101 CPH. El segundo nivel aloja la guinda del pastel: una terraza que ofrece vistas hacia los techos de Madrid.
Refinado y cozy al mismo tiempo, este departamento es un santuario en el centro de la capital española.